martes, 13 de diciembre de 2016

De cambios en la mentalidad diría que va todo esto.

Quizá todo sería diferente, si se enseñara a las niñas a quererse a ellas mismas, antes de esperar a que sean queridas. Que son fuertes, increíblemente fuertes, que las mujeres también pagan la cuenta, que juzgar a otra mujer y llamarla fácil por su forma de vestir es hundir al género femenino, deberíamos enseñarles que tienen que vivir su sexualidad libremente, y sin miedo, y que no necesitan a nadie para ser feliz, que tomen la iniciativa siempre que se les apetezca, sin miedo a ser juzgadas, y enseñarles que la maternidad no debe ser crucial para la mujer, que su cuerpo es suyo y ella decide qué hace con él, y que no hace falta tener novio para decir: 'No, gracias' y quedarse a gusto. "Las mujeres no dicen groserías." ¿Disculpa? Las mujeres soltamos groserías, y muchas. "Las mujeres son delicadas como las flores." No, son fuertes, como las raíces. "Si te acosan, grita fuego." Espero que una mujer nunca tenga que sentirse acosada, porque espero que la sociedad haya enseñado con antelación que no se debe violar/maltratar/acosar a nadie. Ya basta de vivir con miedo y de tener que dar tantas explicaciones de tantísimas cosas.

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