viernes, 23 de diciembre de 2016

Me encantan las personas curiosas. Es algo que no puedo remediar. Me gusta cuando una persona se desinforma, investiga, encuentra, no se conforma, y vuelve a buscar. Me gustan las personas que te envuelven en sus mundos, te disfrazan de ideas y te llenan la mente de teorías fantásticas y otras cuántas realistas. Me gustan esas personas, tienen algo mágico, puedes hablar con ellas de todo, y si desconocen aquello de lo que les hablas estarán interesadas en oírte y aprender, y esa atención es cautivadora. Una persona curiosa nunca estará saciada, probablemente algún día te escriba a las tres de la mañana, porque sabe que es la hora más peligrosa, ya que se revelan los secretos que escondemos en el alma. Me hipnotizan las personas curiosas, porque viajan por la vida con el corazón a flor de piel, disfrutando de cada sensación y sentimiento, porque saben que hasta la mayor de las tragedias le traerá noticias nuevas, y que el dolor y la pena que a veces pueden apoderarse de su mundo les puede ser útil para hacer arte. Una persona curiosa no querrá quedarse sólo con lo que ve de ti, querrá saber qué hay dentro de ti, y eso hará que estudie tus gestos, tus sonrisas, tus miradas, y esto implicará que tu alma esté desnuda cada vez que te observa, y eso es un placer. Una persona que sea curiosa querrá saber tu libro favorito, tu canción favorita, tal vez esto lo invite a aprender a tocar un instrumento y sorprenderte con tu canción. Guardará recuerdos en canciones, mensajes entre páginas, calma en tormentas, y el frío en el café. No querrán hablar sólo de 'y qué más' o un 'qué tal todo' y ya está, querrán hablar de sexo, orgasmos, extraterrestres, galaxias perdidas, de por qué duelen algunas cosas, de tus miedos, sus miedos, querrán viajar, y aunque adoren tu compañía, son tan independientes y libres que no tendrán problema si no quieres acompañarlas en su búsqueda por quién sabe qué. Querrán estudiarte, saber cuándo te enamoraste por primera vez de verdad, cuándo lloraste por última, y cuál fue la razón. Investigará diferentes formas de acariciarte, de abrazarte o de encajar sus dedos con los tuyos. Las personas curiosas no buscan el orden, buscan el caos, el desastre, lo que está jodido. Me encantan las personas curiosas, porque cuando me envuelven en su galaxia hundida entre palabras se apoderan de mi ser. Y por un momento puedo declararme ser de alguien.


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